domingo, 30 de junio de 2013


"La mujer es como una buena taza de café, la primera vez que se toma, no deja dormir".

Alejandro Dumas

domingo, 23 de junio de 2013

"Aunque nos resistamos a creerlo, si el afecto se descuida puede extinguirse para siempre".

Walter Riso

martes, 11 de junio de 2013

lunes, 10 de junio de 2013

VIVIR DESPEINADA


Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…

El mundo está loco. ¡Definitivamente loco!
Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. 

El sol que ilumina tu rostro arruga.

Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…
- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado… 
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera.

El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria… y quizá debería seguir las instrucciones ... pero ¿Cuándo me van a dar la orden de ser feliz?. Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser!. Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser.

Por eso mi recomendación a todas las mujeres: 
Haz el amor, UNA Y MIL veces haz el amor, entrégate, come rico, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje, disfruta, y sobre todo, deja que la vida te despeine.

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

Mafalda

UNA MUJER EXQUISITA


Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel, si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo, si los rollitos no te generan trauma, si nunca has sufrido de anorexia o bulimia, si tu estatura no afecta tu desarrollo personal,si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas o tapada ocultando tu cuerpo, si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas, si sabes cómo se prepara un arroz, si puedes preparar un almuerzo completo con postre, si tu prioridad no es ser rubia a como de lugar, si no te levantas a las 4:00 a.m. para llegar de primera al gimnasio, si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo, sin una gota de maquillaje en el rostro.... ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN... Eres una mujer exquisita!

Una mujer exquisita no es aquélla que más hombres tiene a sus pies; sino aquélla que tiene uno sólo que la hace realmente feliz. Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo; es aquélla que con tan sólo una franca y abierta sonrisa, con una simple caricia y un buen consejo puede alegrarte la vida. Una mujer valiosa no es aquélla que tiene más títulos, ni más cargos académicos; Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes... y los que estamos fuera de foco somos los hombres); sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.Una mujer interesante no es aquélla que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia; es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

Y un HOMBRE... UN HOMBRE EXQUISITO es aquél que valora a una mujer así. Que se siente orgulloso de tenerla como compañera...Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento... Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y tender la ropa, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes...

¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el "regalo" solamente por la vistosidad de su empaque....!

Gabriel García Márquez

SER MUJER Y MADRE: EL DESAFÍO DE HOY

Desde hace unas décadas, las mujeres han cosechado ganancias para sí mismas y en los roles que desempeñan. La imagen de sumisión quedó atrás. Hoy pueden elegir entre diferentes alternativas, todas dinámicas y modificables: renunciar a la vida de hogar, aceptarla con dignidad, defender la independencia o hacer convivir ambas formas. El objetivo es sostener e incrementar los logros conseguidos y decidir el momento de la maternidad.

Dr. Walter Ghedin

Las damas de hoy pueden optar. Pero hay que recordar que los cambios logrados costaron “sangre, sudor y lágrimas” y que la frase de Simone de Beauvoir “mujer no nace, mujer se hace”, explica claramente cómo los condicionantes sociales modelan las dinámicas de género tanto para la sumisión como para la libertad. La sumisión ha sido el imperativo del medio; la defensa de los derechos la fuerza vital liberadora.

Las mujeres modernas necesitan proteger las conquistas logradas durante tantos años por el accionar de luchadoras, enroladas o no, en movimientos feministas. No sería bueno traicionar los avances en materia de construcción de la subjetividad femenina, por ejemplo: autonomía, liberación del patriarcado, acceso a trabajos dignos y lugares de poder, decisión sobre la maternidad o el uso de métodos anticonceptivos.
Sostener e incrementar los logros es el desafío que tienen actualmente las mujeres. Sin embargo, no es una constante. Muchas están insatisfechas con sus vidas, como si no pudieran conciliar los baluartes rígidos de género con la autonomía conseguida. Las escucho quejarse por no poder conciliar las tareas de hogar con sus trabajos, por no delegar o pedir más compromiso a los hombres o por experiencias afectivas frustrantes que se reiteran. Las quejas, la angustia, los reproches, las alejan de sus condiciones personales. Los reclamos van dirigidos hacia el entorno: el trabajo, las demandas del hogar, los hijos, los amigos, los hombres, como si todos ellos tuvieran que responder, atenuar y, por qué no, “modelar” nuevamente sus intereses, sus cuerpos y sus capacidades.

Las mujeres deben aceptar que la firmeza de sus acciones se encuentra en el interior de sí, en sus potencialidades, en sus dones personales. Basta de demandar, de poner el problema afuera. La singularidad como valor humano va de la mano de la autonomía, de la congruencia esencial con uno mismo.


¡Por ahora, no!

Las mujeres que desplazan la maternidad no quieren quedar entrampadas ni en un rol social, ni en una estructura que no tiene muchos matices. No rechazan el deseo, se oponen a ser parte de un sistema de relaciones y circunstancias predecibles que coartan la libertad. Pensemos en las responsabilidades del cuidado de la prole: alimentación, afecto, seguridad, cuidado, atención, educación, adaptación de las actividades y de la vida hogareña a las exigencias de la crianza.

No obstante, existe un número considerable de mujeres que decide su maternidad tardíamente, luego de haber concretado otros ideales o –simplemente- porque el tiempo ha pasado y no han encontrado aún una pareja acorde con sus expectativas.

En el primer caso, la postergación del deseo se basa en una decisión radical: no puedo ocuparme de ser madre mientras lucho por un lugar laboral o profesional.

En el segundo caso, la cuestión tiene aspectos más profundos que no se basan en determinantes culturales (ocupar un rol jerárquico o logar autonomía personal mediante el desarrollo profesional), sino en un ideal de pareja que debe ser colmado, como si la figura del hombre tuviera que encajar con exactitud en el esquema que la mujer ha preconcebido, algo así como haría una llave dispuesta a abrir la cerradura de un deseo demasiado pretencioso. Y buscan con ansiedad un hombre que, aunque no represente en lo más mínimo los ideales de pareja o amante, les pueda aportar “la semilla” que falta para completar la concepción. Estas mismas mujeres, duchas en el arte de “cortarse solas”, seguirán con la misma tesitura de vida, sólo que ahora establecerán una sólida alianza con su hijo, símbolo máximo del logro individual.



Dr. Walter Ghedin. Médico psiquiatra y psicoterapeuta.

domingo, 9 de junio de 2013

ROL DE LAS MUJERES EN LA ACTUALIDAD

El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.

1. Profesional trabajadora


Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.

2. Cónyuge


Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.

3. Madre


Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.

4. Administradora del hogar


Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.

5. Mujer


La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.
Rosa Ruiz  •  miércoles, 11 de abril de 2012